domingo, 8 de junio de 2008

II


La princesa, espera.
Desde el espejo,
al costado de su cama,
ve la ventana que da al lago donde refleja la luna,
que no llega al comedor del escritor que la inventa,
pues en su camino se interpone uno de esos altos edificios.
El escritor, espera.

2 comentarios:

chicosoquete dijo...

y si el escritor quisiera ir a la azotea tendría que subir las escaleras, por el ahorro energético.

Hélas dijo...

quizá el escritor debería mirar más la ventana.